- Bancos. Hay que salvar a las entidades financieras, a las más poderosas, las que más tienen, y por lo que se ve también las que más necesitan.
- El sector del automóvil. Claro, como ha bajado tanto el consumo, las pobres empresas automovilísticas - cuyos productos son de primera necesidad, exceptuando los de los bancos, por supuesto - necesitan una ayudita.
Ahora en serio: ¿no es hora ya de levantarse contra tanta corrupción descarada?
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