Ahora que ha quedado demostrado que el ladrillo - la construcción - no es buena inversión, invirtamos en reconstrucción.
Miles de millones para reconstruir Gaza - ojo, no para Gaza -, algo que a mi entender le correspondería a quien la destruyó. El viejo lema "quien rompe paga", ¿no? Pues no, parece que con la era Bush se estableció un nuevo lema: "quien rompe tiene derecho a elegir quién reconstruye". Normalmente suelen ser amigos del destructor, claro. En cualquier caso, las sumas vienen a ser tan desorbitadas que siempre cae algo.
Pero nunca le cae al destruído.
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